lunes, 28 de julio de 2008

Reapareció Gardel



“cuando Luciano Londoño López me dijo que él cree que Gardel fue uruguayo, repasé textos y facsímiles porque ese paisa sabe más que nadie en Colombia de tangos, lunfardo, milongas y zambas. Fue muy merecido, por tanto, el homenaje que le brindaron en Festitango el pasado 24 de junio. Sin embargo, mantengo mi voto por Toulouse”.

Reapareció Gardel

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

Carlos Gardel no sólo es mito, recuerdo y gloria artística: sigue siendo, también, noticia fresca. Él, el de carne y hueso, no su arte, ni la música de sus composiciones. Me refiero al hombre que llevó dentro de sí una voz prodigiosa y fuera de sí, en su pellejo y su presencia, como decía Aníbal Troilo, “una pinta de la gran puta”. Sí, el lugar de su nacimiento retrotrajo de nuevo al individuo Gardel a los primeros planos, porque la investigadora argentina Martina Iñiguez volvió a la carga con el estudio que le hizo a una foto que, según ella, no se tomó en la escuela Nicolás Avellaneda, en Buenos Aires, sino en la número 27 de Montevideo, teniendo El Troesma tres años.
Haberlo dicho no hubiera sido problema. Una vez más, ¡qué importaba! Fue problema porque doña Martina llevó su estudio –que no prueba el lugar donde se nace– a la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara Baja de Uruguay, el país que desde hace un siglo quiere “robarse” a Gardel. Yo, de malpensado, creo que doña Martina se pegó a la trampa que algún uruguayo guasón urdió desde entonces para nacionalizar a Gardel valiéndose de un hecho cierto: el de que doña Berthe Gardes, al llegar a la capital del Plata, se alojó, con su hijo, en un inquilinato en el número 162 de la calle Uruguay.
El presidente del Centro de Estudios Gardelianos, el vicepresidente y el historiador Juan Carlos Esteban se botaron a la comisión a torcerle el cuello al cuento de la foto martiniana. Se fueron armados con las actas de matrícula expedidas en Buenos Aires y un certificado que reproduce el número de orden 121, de la Oficina Argentina de Inmigración, en la que consta que Berthe Gardes entró al país, el 11 de marzo de 1893, con su hijo Charles Romuald, de dos años, a quien correspondió la orden 122. Berthe fue inscrita como francesa, viuda, de 27 años, planchadora y católica, y su pasaporte era el número 94.
Hay que repetir la pregunta: ¿Nació Gardel en el hospital Saint Joseph de la Grave, frente a la ribera occidental del río Garona, en Toulouse, o en la casa donde el coronel Carlos Escayola poseyó a su cuñada María Oliva, en Tacuarembó, sin presentir que quedaría embarazada y que habría de regalarle el fruto de aquella faena furtiva a una extranjera pobre y desamparada? ¿Dónde está la razón: en el pecado de Escayola con su hermana política o en los revolcones esporádicos de Paul Lasserre con Berthe Gardes?
Nunca he tenido duda de que la documentación existente sobre el nacimiento de Gardel tiene más fuerza probatoria que las historias regadas por la crónica hablada con posterioridad al nacimiento del mito. Comparto, además, con Simon Collier, el crédito que le da a la declaración de Jenny Bazin, la persona que anunció la llegada del francesito. Pero acepto que cuando Luciano Londoño López me dijo que él cree que Gardel fue uruguayo, repasé textos y facsímiles porque ese paisa sabe más que nadie en Colombia de tangos, lunfardo, milongas y zambas. Fue muy merecido, por tanto, el homenaje que le brindaron en Festitango el pasado 24 de junio. Sin embargo, mantengo mi voto por Toulouse.
Por último, cuando el coronel Escayola y María Oliva se casaron luego de su larga polvareda, no legitimaron, como debieron hacerlo, al hijo conocido con el nombre de Carlos Gardel.
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EL UNIVERSAL Cartagena – Editorial julio 27/2008

Solo una cosa es cierta: murió en Medellín



Solo una cosa es cierta:

Murió en Medellín


¡Gardel es nuestro!


Nuevos documentos sobre Carlos Gardel reactivan la polémica sobre el lugar de nacimiento del mítico cantante.
¿Uruguayo, francés o argentino? Comenzó un nuevo capítulo en la disputa por la nacionalidad de Carlos Gardel, tema que genera fuertes pasiones en el Río de la Plata, incluso a nivel de Gobierno.
Una delegación argentina se encuentra en Uruguay para pedirle al parlamento que considere documentos en su poder que, según ellos, demuestran que el legendario cantante de tango cursó la escuela en Buenos Aires.
El debate, que lleva ya varias décadas, se reabrió el pasado 25 de junio, un día después de cumplirse 73 años de la muerte de Gardel en un accidente de aviación en la ciudad colombiana de Medellín.
Ese día la escritora argentina Martina Iñiguez presentó ante la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados del Parlamento uruguayo nuevas pruebas que apoyarían la tesis de la nacionalidad uruguaya del gran cantor.
Debate
Se trata de una foto en la que un presunto Carlos Gardel niño posa junto a sus compañeros en una escuela de Montevideo.
Los representantes del argentino Centro de Estudios Gardelianos (CEG), que llegaron el miércoles a Uruguay, sostienen que no se puede creer en la veracidad de esa foto porque no existe ningún tipo de documento que certifique la asistencia de Gardel a una escuela uruguaya.
En cambio, aseguran que sí hay certificados de promoción de grado y de calificaciones, así como otros registros, que demostrarían que Carlos Gardel asistió a cuatro colegios bonaerenses.
La Comisión de Cultura tiene pendiente el análisis y mayor discusión del tema, y es por eso que los gardelianos argentinos decidieron venir a Uruguay.
"Venimos a ofrecer nuestros servicios para enriquecer las discusiones sobre Gardel, con el fin de dilucidar no sólo el tema de la foto; queremos ver si podemos llegar a un consenso sobre su origen a través de la exhibición de documentación", le explicó a BBC Mundo Enrique Espina Rawson, presidente del CEG.
La diputada Beatriz Argimón, quien gestionó la presentación de Iñiguez -incluyendo la foto- ante la Comisión de Cultura, señaló que lo que buscan era "darle estado parlamentario al tema y que el trabajo se eleve al Ministerio de Educación y Cultura y a la Cancillería".
"Soy francés... y uruguayo"
El mismo Gardel contribuyó a la confusión sobre su nacionalidad. En su testamento, realizado en 1933, dijo que nació en la ciudad francesa de Toulouse bajo el nombre de Charles Gardés. Allí dijo que adoptó la ciudadanía argentina y el seudónimo de Carlos Gardel.
Pero en un trámite realizado en 1920 ante el consulado uruguayo en Buenos Aires, dijo haber nacido en Tacuarembó, a 390 kilómetros de Montevideo.
¿Podrán estos documentos en poder del CEG convencer a los legisladores de que Gardel era francés y hacerlos descartar la versión uruguaya?
"En mi caso estoy absolutamente convencida de la nacionalidad de Gardel y nada de lo que me traigan me va a convencer, aunque siempre vamos a escuchar a todo el que se acerque al Poder Legislativo", le dijo a BBC Mundo la diputada del Partido Nacional, Beatriz Argimón.
Otros, como Edgardo Rodríguez, diputado del gobernante Frente Amplio y oriundo del departamento de Tacuarembó -donde según la teoría uruguaya nació el "Zorzal Criollo"- están más abiertos a cambiar de opinión.
"No es por 'religión' ni por ser de Tacuarembó que creo que Gardel es de allí, sino que hay documentos que me llevaron al convencimiento de que efectivamente nació acá.
Lógicamente, si aparecen pruebas que me demuestren lo contrario, por supuesto que estoy dispuesto a revisar mi posición", aseguró.
Tema apasionado
Adherirse a una u otra teoría sobre el origen de Gardel, ¿es un tema de nacionalidad?
Para la investigadora argentina Martina Iñiguez, claramente no lo es. "La defensa de la orientalidad de Gardel no tiene que ver con la nacionalidad del investigador sino con su honradez intelectual", le aseguró a BBC Mundo.
"Nosotros no tendríamos ningún inconveniente de que Gardel hubiera nacido en Tacuarembó", sostiene Juan Carlos Esteban, de CEG. "Pero Gardel es ciudadano argentino porque se nacionalizó".
Espina Rawson agrega que "ninguno de nosotros tiene preferencia por Toulouse pero lo que es, es".
La nacionalidad de Gardel es un tema que despierta pasiones, comparable a sentimientos religiosos y al fútbol, y cada parte continuará luchando por demostrar su cuota de razón en una polémica que promete no tener punto final, al menos en un futuro cercano. BBC Mundo.com - Todos los derechos reservados. Se prohíbe todo tipo de reproducción sin la debida autorización por escrito de parte de la BBC.