"Para mí lo hace todo bien"
Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat
Mi recuerdo de Gardel pasa por mi padre. Él siempre presumía de haberlo conocido cuando coincidieron una noche en cierto local barcelonés famoso de esos años creo, cuando Gardel hizo un par de viajes a Barcelona. El local se llamaba Can Pe-rel y estaba situado en la calle Escudillen que luego se convirtió en la calle de prostituías más famosa de Barcelona, de las baratas claro, porque las caras siempre anduvieron por otros sitios. El local era lo que llamamos hoy café concert. de ese tipo.
Yo la verdad que me lo creí porque me lo contó mi padre que nunca me mintió, ni siquiera en cosas importantes, y de verdad que me parece fantástico imaginarme a mi padre hablando mano a mano con Gardel, pero yo me lo creo porque él me lo ha dicho. De Gardel es poco lo que puedo decir porque soy un absoluto enamorado, para mí lo hace todo bien. Yo si tuviera que elegir los dos más grandes cantantes populares que escuché en
mi vida seguramente me quedaría con Carlos
Gardel y el francés Jacques Brel, sin duda. Son los dos que más me han emocionado cantando en toda mi vida. Hay un fragmento de Cuesta abajo cantado por Gardel que yo creo que es lo más perfecto que pueda escucharse, no se puede cantar mejor que eso. Soy incapaz de separar las cosas, como harían los críticos: para mí Gardel era el sentimiento, la voz, la interpretación, la emoción. El cantar para mí es una conjunción de todas esas cosas. Seguramente lo que menos me importa de un cantor es la potencia de su voz, me importa mucho más el gusto, me importa mucho más el matiz que la fuerza. Pero es que en
Gardel coincidían todas estas cosas, y para mí, lo único que me falló es verlo en vivo en el escenario, eso debió ser algo formidable, porque verlo en las películas no es exactamente lo mismo.
Yo tengo los discos de Gardel en 78, en 33 y hasta en discos compactos. No quiero exagerar, pero creo que tengo absolutamente todo lo que se ha editado o gran parte de ello. Escucho siempre sus discos y le acompaño en casa. De tanto oírlo ya sé donde se para, dónde arranca, dónde hace la inflexión de la voz. Soy un gardeliano auténtico y n o ha de ahora, creo que desde que mi padre me habló de él.
Yo la verdad que me lo creí porque me lo contó mi padre que nunca me mintió, ni siquiera en cosas importantes, y de verdad que me parece fantástico imaginarme a mi padre hablando mano a mano con Gardel, pero yo me lo creo porque él me lo ha dicho. De Gardel es poco lo que puedo decir porque soy un absoluto enamorado, para mí lo hace todo bien. Yo si tuviera que elegir los dos más grandes cantantes populares que escuché en
mi vida seguramente me quedaría con Carlos
Gardel y el francés Jacques Brel, sin duda. Son los dos que más me han emocionado cantando en toda mi vida. Hay un fragmento de Cuesta abajo cantado por Gardel que yo creo que es lo más perfecto que pueda escucharse, no se puede cantar mejor que eso. Soy incapaz de separar las cosas, como harían los críticos: para mí Gardel era el sentimiento, la voz, la interpretación, la emoción. El cantar para mí es una conjunción de todas esas cosas. Seguramente lo que menos me importa de un cantor es la potencia de su voz, me importa mucho más el gusto, me importa mucho más el matiz que la fuerza. Pero es que en
Gardel coincidían todas estas cosas, y para mí, lo único que me falló es verlo en vivo en el escenario, eso debió ser algo formidable, porque verlo en las películas no es exactamente lo mismo.
Yo tengo los discos de Gardel en 78, en 33 y hasta en discos compactos. No quiero exagerar, pero creo que tengo absolutamente todo lo que se ha editado o gran parte de ello. Escucho siempre sus discos y le acompaño en casa. De tanto oírlo ya sé donde se para, dónde arranca, dónde hace la inflexión de la voz. Soy un gardeliano auténtico y n o ha de ahora, creo que desde que mi padre me habló de él.
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